'Soy el Kaká del voleibol': Giba, el mejor jugador del mundo
Por:LISANDRO RENGIFO/ ElTiempo.com
Si hay un jugador clave, importante, figura mundial y que se destaque en uno de los equipos que dispután el título del Campeonato Sudamericano de Voleibol en Bogotá, ese es Gilberto Godoy.
Tal vez ninguno lo conozca por su nombre, pero si se dice que el brasileño Giba está en la capital del país e integrará su seleccionado con miras a la conquista del primer lugar, muchos lo identificarán.
Giba nació el 23 de diciembre de 1976 en Londrina (Brasil) y ha sido la insignia del voleibol de su país en los últimos años. Varias veces campeón mundial, Godoy fue escogido como el mejor jugador del planeta en el 2006, cuando Brasil superó 3-0 a Polonia y se quedó con el título.
Con su pegada ha llevado a Brasil a lograr títulos suramericanos, panamericanos, mundiales y la medalla de plata en los pasados Juegos Olímpicos de Pekín-2008, tal vez la mayor tristeza de su carrera, pues duró varios días recuperándose del golpe.
Está casado con Cristina Pirv, quien también practica el voleibol en su país, Rumania. De esta unión hay dos hijos: Nicoll y Patrick.
Si hay un jugador clave, importante, figura mundial y que se destaque en uno de los equipos que dispután el título del Campeonato Sudamericano de Voleibol en Bogotá, ese es Gilberto Godoy.
Tal vez ninguno lo conozca por su nombre, pero si se dice que el brasileño Giba está en la capital del país e integrará su seleccionado con miras a la conquista del primer lugar, muchos lo identificarán.
Giba nació el 23 de diciembre de 1976 en Londrina (Brasil) y ha sido la insignia del voleibol de su país en los últimos años. Varias veces campeón mundial, Godoy fue escogido como el mejor jugador del planeta en el 2006, cuando Brasil superó 3-0 a Polonia y se quedó con el título.
Con su pegada ha llevado a Brasil a lograr títulos suramericanos, panamericanos, mundiales y la medalla de plata en los pasados Juegos Olímpicos de Pekín-2008, tal vez la mayor tristeza de su carrera, pues duró varios días recuperándose del golpe.
Está casado con Cristina Pirv, quien también practica el voleibol en su país, Rumania. De esta unión hay dos hijos: Nicoll y Patrick.
El brasileño mide 1,92 metros, pesa 85 kilos y desde la posición de pasador-atacante espera ratificar en Bogotá por qué es uno de los jugadores reconocidos en el ámbito mundial.
Desde muy niño, Giba vive en Curitiba (Brasil), población en la que nació su afición por el voleibol. Es otro de los grandes deportistas que le ha ganado la batalla a la muerte, pues en sus primeros años de vida luchó contra la leucemia, a la que derrotó en un extratiempo en el quinto set.
Desde el 2006 hace parte del equipo Iskra Odintsovo, en Rusia, pero siempre está dispuesto para acudir al llamado de su seleccionado, como en esta ocasión, en la que forma parte del grupo que jugará el Suramericano.
Giba está apto para la competencia. La afición bogotana podrá ver gratis a una de las figuras del deporte internacional, cuando Brasil salte al maderamen del coliseo El Salitre con él como su capitán. EL TIEMPO habló con él.
¿Se considera el mejor jugador de voleibol del mundo?
No. La mejor del mundo es mi selección, la de Brasil. Hace varios años dominamos y la idea es seguir en lo más alto.
¿A qué vienen a este Sudamericano?
Brasil siempre juega a ganar. Esa es nuestra meta. Sabemos que es importante este Sudamericano, pues nos hemos quedado siempre con el título y en Bogotá la idea es ganar.
¿En qué radica el éxito del grupo?
Hemos demostrado que, ante todo, somos una familia.
¿Sabe la expectativa que despierta en Colombia?
Es un orgullo que a uno lo reconozcan fuera de su país y más en Colombia. Que a uno lo valoren por lo que hace en un campo de juego me da fuerza para seguir.
¿Difícil pararse del golpe al perder el oro olímpico en Pekín?
Fue muy duro. Asimilar el golpe no fue fácil. Veníamos de ganar los mundiales y éramos favoritos. Duramos varios días tristes. Perder el oro fue muy duro, pero Estados Unidos jugó mejor.
¿Qué lección aprendió al recuperarse de la leuzemia?
Me dio mucha fuerza para seguir adelante. Llevo unos 14 años jugando voleibol y es la respuesta a ese esfuerzo y al sufrimiento que padecí. Me sirvió para ayudar a las personas que lo necesitan.
No es el mejor del mundo, ¿pero es el kaká del voleibol?
Bueno, sí, soy el Kaká del voleibol. jajajajaja.
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